Extremadura cuenta con un patrimonio único, que conjunta en un connubio indisoluble naturaleza y patrimonio histórico-artístico.
La pasada semana hemos podido conocer de cerca un entorno natural estupendo como La Dehesa de la Luz (Arroyo de Luz-Cáceres).
Hoy os propongo un viaje en la provincia de Badajoz para visitar El parque etnoarqueológico y natural de Capote (Higuera la Real).
El lugar que visitaremos hoy es un sitio especial donde encontramos elementos de carácter carácter histórico, arqueológico, etnográfico y natural.
El parque etnoarqueológico y natural de Capote se encuentra en el sur de la provincia de Badajoz, en la comarca Sierra Suroeste, precisamente a unos 7-8 Km a las fueras de la localidad de Higuera la Real, cerca de la finca de Capote-Las Nieves.
El parque ubicado en los límites de Extremadura con la provincia de Huelva y se encuentra cerca de la frontera con Portugal cuenta con una extensión de alrededor de 4 hectáreas.

Centro de Interpretación
Llegar al parque es muy simple siguiendo la antigua Carretera Nacional 435 Badajoz-Huelva que nos conducirá hasta las puertas principales del recinto del Castrejón de Capote.
Entrando en el recinto del parque la primera construcción que podemos ver es el Centro de interpretación del parque. En su interior podemos encontrar información sobre el yacimiento de Castrejón de Capote y recibir más detalles sobre lo que podemos encontrar en el parque.
Podéis contactar con el centro mediante email: castroceltadecapote@gmail.com o por teléfono en el 620 85 59 85.


Yacimiento Castrejón de Capote
Es seguramente una experticia única poder visitar un yacimiento arqueológico como el de Castrejón de Capote. Estamos hablando de un yacimiento con una forma a península que se extiende por unas 4 hectáreas.
Se trata de un poblado castreño como certifica su posición ubicada en cima de una meseta con tres lados empinados que le conferían un difícil acceso y una buena defensa.
Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo nos hablan de tres grandes fases de ocupación que van desde los siglos V-IV a.C. al siglo I d.C. El periodo con más desarrollo material se ha identificado en la fase ocupacional que ve desde el siglo IV hasta el II siglo a. C. que se suele relacionar con una población de probable origen celta-íbera.
El poblado prerromano estaba dotado de murallas mientras que desde el punto de vista urbanístico éste se organizaba alrededor de una ancha calle central, alineada con la puerta principal, y pequeños callejones transversales.

L@s arqueólog@s en la calle central del poblado hallaron una estancia de uso comunitario con una abertura hacia al exterior, con un banco corrido a lo largo de sus paredes y una mesa central.
En el interior del espacio se hallaron unas piezas arqueológicas que han sido relacionadas con los restos de un banquete colectivo celebrado cerca al año 150 a.C. Tras la celebración del banquete, al que se le atribuye un carácter ritual, el espacio fue sellado conservando todo el material utilizado durante la ceremonia.

Pasear por el parque es una experiencia estupenda pudiendo visitar con una tranquilidad única un yacimiento estupendo y ver restos de murallas, torres defensivas, puertas monumentales , viviendas … en un marco natural increíble como es el entorno del Castrejón de Capote, un lugar incomparable.



ETNOGRAFÍA
El parque conserva también en su interior numerosas edificaciones de interés etnográfico que testimonian el pasado de la vida tradicional de la población local intrínsicamente ligada a la explotación de la dehesa.
Por eso en el parque podemos encontrar dos chozos, una construcción que solía ser utilizada antiguamente como cobijo por los pastores, más varias estructuras ligadas a la explotación porcina como zahúrdas y otras estructuras relacionadas con un periodo cronológico que va desde el siglo XIX hasta el XX.

En el parque también podemos encontrar los restos de un molino harinero del siglo XV aunque hay indicios de que podría haber sido construido sobre los restos de uno más antiguo del siglo XIII.


Naturaleza
El centro de interpretación, el yacimiento arqueológico y las edificaciones de interés etnográfico se encuentran en un entorno de interés natural único ubicado entre el límite de la dehesa extremeña y del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, haciendo de este espacio un lugar inmejorable y de un indudable atractivo natural.
Podemos disfrutar de un paisaje natural donde, destaca la presencia de encinas y alcornoques, la exuberante flora ripícola, bosques de fresnos jalonados de espinos navarros (tileros), adelfas, acebuches, majuelos, y madroños entre otras.



Sostenibilidad
El parque etnoarqueológico y natural de Capote es sin duda un ejemplo de cómo los recursos naturales y patrimoniales endógenos pueden ser el motor de desarrollo de espacios rurales periféricos como es el caso de Higuera la Real.
El parque puede ser un motor para impulsar un desarrollo sostenible de la zona sobre todo si logramos ampliar la participación ciudadana a través de la creación de puestos de trabajos de calidad, respetuosos con el entorno e indisolublemente ligados con la valorización y al mismo tiempo conservación del espacio.
Un meta difícil, pero alcanzable entre tod@s si nos centramos en impulsar en las zonas rurales modelos de desarrollo ligado con la economía social y solidaria con la implantaciones de figuras jurídicas como las cooperativas de iniciativa social sin ánimo de lucro que puedan contribuir a la sostenibilidad de estos espacios.
Las cooperativas de iniciativa social sin ánimo de lucro son una figura jurídica que incentiva la participación ciudadana en la co-gestion del los espacios y crean puestos de trabajos relacionados con el entorno transformándose en un elemento determinante para luchar contra la despoblación de las zonas rurales.

En DESOPAEX Programa de Desarrollo Sostenible del Patrimonio Extremeño (2020-2030), el nuevo programa en el cual estoy plenamente involucrado, uno de los ejes que vamos a tratar será Impulsar un desarrollo rural y sostenible a través la economía social y solidaria implementando sus principios orientadores.
Para alcanzar esta meta daremos un especial impulso a varias actividades de formación que permitirán acercar las personas a las posibilidades que puede ofrecer la economía social y solidaria para solucionar los gran reto que tendremos que afrontar en el futuro en las zonas rurales.
